miércoles, 17 de septiembre de 2014

Kant se equivocó


Hace tiempo que tengo la costumbre de escuchar audio libros mientras voy en bicicleta, en el gimnasio o cuando estoy trabajando.

Actualmente estoy leyendo (más bien oyendo) el libro: Your Inner Fish, del profesor Neil Shubin.

El libro está maravillosamente bien. En concreto me ha llamado mucho la atención unos de los capítulos en los que habla del origen evolutivo de nuestro sentido del oído, y de su relación con el sentido de la vista:

En ese capítulo se menciona el papel determinante de el Sáculo (http://en.wikipedia.org/wiki/Saccule) en nuestra capacidad de mantener el equilibrio y el balance, gracias a la capacidad que otorga al sistema vestibular para detectar cambios en la aceleración lineal en la que estamos inmersos.

Estos párrafos me trajo a la memoria un debate en el que participé hace tiempo sobre el apriorismo Kantiano (y en Schopenhauer) y su injustificación formal (http://quevidaesta2010.blogspot.com.es/2013/12/sobre-la-injustificacion-del-priori.html).

A modo de resumen:

Según Kant (y otros autores defensores del apriorismo), todo conocimiento comienza con la experiencia, pero no todo el conocimiento procede de la experiencia. Con eso, se pretende negar el empirismo de Hume, que dicta que sin experiencia no hay conocimiento.

Según estos autores, la experiencia es el inicio del proceso de conocimiento, pero las estructuras a priori de la mente humana son las que realizan el proceso de conocer; y la pretensión de que dichas estructuras son puras (ajenas a la experiencia), hicieron creer a Kant, que realmente se podía escapar de la contingencia y la localidad de todos nuestros juicios.

Es decir; que esas supuestas intuiciones puras de la mente eran tomadas como base justificadora de la necesidad y la universalidad de cierto tipo de juicios en el hombre. Kant pretendía refutar así a David Hume, al afirmar la posibilidad del conocimiento certero.

Pero claro, Kant no pudo justificar en su día que dichas intuiciones eran realmente puras (independientes de la experiencia), porque la biología no estaba lo suficientemente desarrollada aún. Simplemente las tomo como puras a modo de axioma o de premisa. Y estaba en un error:

Valga un simple ejemplo que refute la propuesta de que nuestras intuiciones son puras. Vamos a usar la supuesta intuición pura del espacio Kantiano.

Kant se limitó a proponer que esta capacidad humana de intuir el espacio tridimensional era pura; pero no intentó siquiera demostrar el origen o naturaleza de dicha capacidad intuitiva. La propuso como pura y a partir de ahí construyo su filosofía. Hoy conocemos el origen fisiológico de esta capacidad: el sistema vestibular (aunque, por supuesto, intervienen muchas otras estructuras fisiológicas en el proceso, hago hincapié en esta, por ser la que se menciona en el libro de  Neil Shubin).

Sin este cúmulo de células, seríamos incapaces de trabajar en las tres dimensiones espaciales para las que está preparada intuitivamente la mente humana. Es decir; que la capacidad del ser humano de intuir en el espacio, se debe a (o la cusa) la fisiología de nuestro cerebro.

Pero, ¿es ese cúmulo de células capaz de generar una intuición pura? Para aclarar esta duda, hay que comprender y atender al origen o la naturaleza de esa estructura cerebral. Y el origen, no hay duda, es el proceso espontáneo natural conocido como la evolución.

Pero la evolución es un proceso que actúa gradualmente, seleccionando las estructuras que mejor se adaptan al medio. Adaptar al medio, en el sentido de que esas estructuras son más eficientes (la probabilidad de que deje réplicas es mayor), y seleccionando, en el sentido de que esa mejor probabilidad de réplica y de supervivencia será la que prevalecerá, mientras que las menos favorecidas desaparecerán.

En resumen: varios sistemas fisiológicos (conjuntos de células que cooperan para realizar una función) son los responsables de todas esas intuiciones que aparecen a la mente. Y además, dichas estructuras celulares han sido seleccionadas evolutivamente mediante un proceso probabilístico, donde ciertas estructuras permanecen debido a su eficiencia para la replicación: ¿puede esta base fisiológica de origen evolutivo constituir un cimiento puro para el conocimiento? Se ve a leguas que no:

Son quizás a priori de nuestra percepción, pero tienen un indudable origen a posteriori, son a posteriori de la evolución. El proceso evolutivo es un proceso experimental, y en cierto modo empírico. El modo en que ciertas capacidades son seleccionadas mecánicamente por el sesgo probabilista que favorecen, es un proceso de ensayo y error perpetuo. Pero ese ensayo se contrasta experimentalmente con el medio externo, por lo que la capacidad que le otorga eficiencia se RELACIONA con ese medio experimental. 

Es decir; que toda cualidad originada por el proceso evolutivo, es local y contingente al ambiente en que se ha ido desarrollando durante eones. Este a posteriori biológico no está legitimado en absoluto para justificar la necesidad y universalidad de ningún juicio humano mediante su aplicación al entendimiento, sino que, al igual que proponía Hume, sólo nos permite hablar de probabilidad y nunca de necesidad o certeza.

Somos esclavos de la duda, y el escepticismo acompañará al hombre durante toda su existencia como ser.

sábado, 13 de septiembre de 2014

Estudio de la ilusión del libre albedrío (por reducción al absurdo)


A ninguno de nosotros le gusta el pensamiento de que lo que hacemos depende de procesos que no conocemos; preferimos atribuir nuestras elecciones a la voluntad, el libre albedrío, el autocontrol…Quizás sería más honesto decir: "Mi decisión fue determinada por fuerzas internas que desconozco" 
Marvin Minsky       


He leído hoy un artículo de Pitiklinov en el magnífico blog La Nueva Ilustración Evolucionista.

En el artículo se habla sobre un nuevo estudio sobre el libre albedrío en el hombre, y se menciona el libro The Illusion of Conscious will, de Daniel Wegner.

No voy a repetir aquí lo que Pitiklinov resume estupendamente en su artículo (os recomiendo que leáis la entrada original en el enlace de arriba). Pero sí quiero aportar una pequeña reflexión personal sobre la cuestión del libre albedrío.

Hay mucho debate a favor o en contra, pero me gustaría señalar una posibilidad de estudio sobre este tema, que no se suele tener mucho en cuenta: la reducción al absurdo.

Intentemos ir por reducción al absurdo:

Un verdadero libre albedrío; una libertad plena de decisión, requeriría reflexionar sobre infinitas posibilidades de acción (si puedo hacer lo que quiera, tengo que reflexionar sobre todo eso que puedo hacer antes de actuar). Es decir; que si realmente podemos hacer lo que queramos, habrá que contrastar la infinidad de opciones de que disponemos y elegir una.

Pero reflexionar sobre infinitas posibilidades de acción en un tiempo finito es un absurdo, luego las posibilidades sobre las que se puede reflexionar en cada momento deben ser finitas, y por lo tanto, estarán acotadas.

Y si las posibilidades se acotan, hay infinidad de acciones que no se tienen en cuenta para la decisión, luego no puede existir una total libertad de acción.

La cuestión es: ¿cómo se acotan las infinitas posibilidades? Pues es obvio, la evolución se ha encargado de que sólo tengamos en cuenta la información más relevante para cada tipo de decisión concreta...pero eso no es libre albedrío ni de lejos.

Yo estoy bastante de acuerdo con Daniel Wegner, la idea de que tenemos una plena libertad de acción es una mera ilusión adaptativa, y estoy de acuerdo con Pitiklinov en que dicha ilusión tiene mucha semejanza con el heurístico del sesgo optimista: de hecho, es cierto que puede haber una fuerte interconexión entre ambos. Si la idea de poseer libre albedrío nos hace sentir bien (y empíricamente es algo obvio que es así), el sesgo optimista tenderá a fortalecer la creencia de que SÍ que es así. A pesar de todas las evidencias en contra que pueda haber, hay personas cuyo heurístico optimista no les permite aceptar que son meros autómatas.

Voy, por último, a proponer dos ejemplos que demuestran la reducción al absurdo de la que hablo de un modo práctico:

1) Imaginemos, primero, un experimento ideal, donde se nos propone simplemente que elijamos el color de un coche que nos van a regalar de entre 3 posibles colores posibles: rojo, vede o azul (hay que hacer notar que en este experimento, el peso de cada color es el mismo. Ningún color tiene mayor valor teórico que otro).

El grado de libertad de este ejemplo es de 3, uno por cada color, y no habría problemas en aceptar que el individuo realmente puede tomar fácilmente en consideración cada uno de estos 3 colores y decidir finalmente qué color desea.

Pero ahora vamos a modificar el experimento, y en lugar de 3 colores donde elegir, vamos a proponer al individuo una paleta de 30 colores diferentes. Es indudable que la persona en este caso se sentirá un poco incómoda, mirando la paleta de colores de arriba a abajo. Conforme el grado de libertad aumenta, cuesta más trabajo considerar todas las posibilidades para realizar una decisión.

Llega un momento, conforme el grado de libertad aumenta, que simplemente hay que acotar las posibilidades a tener en cuenta, o nos quedaríamos irremediablemente atascados en el proceso de descarte de entre un grupo enorme de posibilidades.

La reducción al absurdo que propongo, sería el equivalente a que el grado de libertad tienda a infinito: si nos proponen elegir un color cualquiera a voluntad, de entre la infinita gama de colores posibles (no hay límite teórico en el número de colores posibles), simplemente sería imposible considerar todas las opciones: es forzoso acotar la decisión a un grado de libertad finito (y pequeño) para poder llevar a cabo el proceso de tomar una decisión.

Pero si es necesario acotar y descartar una infinidad de posibilidades, el proceso de toma de decisión NO ES LIBRE, puesto que se acota (y de un modo inconsciente) la volición siempre a unas pocas posibilidades de entre una gama mucho mayor (y normalmente infinita). 

2) Pongo un último ejemplo, más claro si cabe, de lo que digo:

Imaginemos que tenemos sed, y que hay una fuente a cien metros de nosotros, pero que entre medias hay un pasadizo con precipicios a ambos lados. Puede parecer que hay poco que decidir en este caso, pero la cosa no es tan sencilla.

Si realmente tenemos libre albedrío, deberíamos poder decidir entre una infinidad de rutas y modos de ir a la fuente. Podríamos ir a la fuente haciendo el pino con las manos, o a la pata coja; andando de espaldas, dando dos pasos hacia delante y uno hacia atrás, arrastrándonos por el suelo, dando volteretas, dando saltitos, ir rodando, dando tres pasos hacia delante y dos hacia atrás; podríamos ir hacia atrás 500 metros y luego avanzar 600 hasta llegar a la fuente, podríamos, a pesar de la sed, sentarnos y esperar 5 horas antes de ir a la fuente, etc, etc.

Las posibilidades son infinitas (el grado de libertad es infinito). Sin embargo, nadie se queda atascado en un bucle repasando todas esas posibilidades de acción, y se termina descartando (involuntariamente) toda esa infinidad a excepción de unas pocas posibilidades (se reduce el grado de libertad, a un grado manejable por la mente).

En resumen: ante el dilema de ir a la fuente y saciar la sed hay infinitos caminos, modos y momentos de actuación, pero finalmente se tienen en consideración sólo unos pocos de entre los que se termina eligiendo uno. ¡¡Pero esto no es libre albedrío!!

Cuando le preguntas a alguien: ¿por qué has ido andando en línea recta a la fuente en lugar de retroceder 500 pasos antes de avanzar de nuevo? Simplemente te dirá: porque he preferido lo primero a lo segundo, pero estará mintiendo, puesto que la segunda opción NUNCA la tuvo en cuenta (como tampoco tuvo en cuenta ir 501 pasos hacia atrás, ni 502, etc). Él puede creer que tuvo la posibilidad de actuar yendo hacia atrás pero eso es una ilusión,  realmente no le pasó por la conciencia esa alternativa, y evidentemente, aquellas alternativas que no se tienen en cuenta, NO SE PUEDEN ELEGIR de modo alguno.

Hay un proceso inconsciente de acotación de alternativas, ¡¡y es ese proceso (necesario para la supervivencia, por otra parte) el destruye toda nuestra hipotética capacidad de libre elección!! Es algo evidente.

Y como dije ya antes, dicha acotación se produce por un proceso evolutivo. Aquellas alternativas que han dado un mejor resultado reproductivo, son las que prevalecen frente a sus rivales. Esas acotaciones históricas, se ven reflejadas fisiológicamente, en el proceso heurístico inconsciente que se encarga de descartar y acomodar las posibilidades.

Y ya, por otra parte, el asunto de si finalmente la toma final de la decisión (una vez hecha la acotación) la realiza la consciencia, o si la decisión también la toma un heurístico (y a la consciencia llega sólo una falsa ilusión de volición) es otro asunto. Lo fundamental que se quería señalar en esta entrada, es que la idea de libre albedrío es lógicamente inconsistente, y que se puede demostrar dicha inconsistencia por reducción al absurdo.

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Edito para añadir el siguiente debate que he mantenido con un contertulio en el blog La Nueva Ilustración Evolucionista:
Masgüel dijo...
"si finalmente la toma final de la decisión (una vez hecha la acotación) la realiza la consciencia, o si la decisión también la toma un heurístico (y a la consciencia llega sólo una falsa ilusión de volición) es otro asunto."

¿Otro asunto?. Ese es el asunto que trata el libro de Wegner.

"hay infinitos caminos, modos y momentos de actuación, pero finalmente se tienen en consideración sólo unos pocos de entre los que se termina eligiendo uno. ¡¡Pero esto no es libre albedrío!!"

Si no tomas en consideración los argumentos en contra de tus opiniones, no tiene sentido discutir contigo. Si de entrada identificas libre albedrío y omnipotencia, lo absurdo es molestarse en reducirlo al absurdo. La libertad, como venimos repitiendo, no es eso. Te empeñas en una falsa dicotomía.
http://www.youtube.com/watch?v=bXKvRNnXF3A
Samu dijo...
Saludos, Masgüel.

"¿Otro asunto?. Ese es el asunto que trata el libro de Wegner."

Ya lo sé, pero yo estoy tratando un tema relacionado en parte, pero no por completo con el planteamiento de Wegner. Yo creo que, aún aceptando que la conciencia tome la decisión final, se puede comprobar por reducción al absurdo, que hay una criba previa de posibilidades entre las que elegir; y que dicha criba es evolutiva, inconsciente, y que implica un proceso previo involuntario que imposibilita un verdadero libre albedrío. ¿Me permite usted que trate este tema o hay que ceñirse al libro de Wagner?

"Si de entrada identificas libre albedrío y omnipotencia, lo absurdo es molestarse en reducirlo al absurdo."

A ver, amigo. Si se habla de una libertad completa de acción, eso no puede significar más que se puede hacer cualquier cosa que uno se proponga hacer en el momento que se quiera. ¿Cierto, verdad?

Pero eso implica que cuando se decide hacer algo, se debe tener en cuenta y luego rechazar TODO lo demás, y ese todo es infinito.

En el ejemplo que te propongo, si decides ir en línea recta al pozo, estás descartando infinitas otras posibilidades: como por ejemplo, ir hacia atrás 500 pasos y luego avanzar, ir atrás 501 pasos y luego avanzar, etc.

Un verdadero libre albedrío debería poder tener en cuenta cada posibilidad diferente, y luego decidirse por una de ellas; porque, de lo contrario, si directamente se ignoran las alternativas, se está decidiendo sobre un conjunto menor de posibilidades: ¡¡con lo que hay alternativas que sencillamente NO puedes decidir hacer porque ni te la planteas (hay una criba previa que acota el grado de libertad)!!

¿No lo comrpendes?

Un saludo, amigo.
Masgüel dijo...
Lo comprendo muy bien. La libertad no es absoluta, no es omnipotente. Es condicionada. Entre otras cosas, por la cantidad de opciones que en cada caso podamos o nos parezca oportuno considerar. Lo venimos repitiendo desde el principio. Pero que nuestra libertad sea condicionada no nos convierte en autómatas. ¿Lo comprendes tú?.
Samu dijo...
"La libertad no es absoluta, no es omnipotente. Es condicionada.Pero que nuestra libertad sea condicionada no nos convierte en autómatas."

Pues la verdad que me parece absurdo defender que una "libertad" condicionada se pueda llamar libre albedrío. Pero si usted se siente mejor así, pues ande, llame libre albedrío a decidir entra las 4 opciones que un heurístico evolutivo (inconsciente e involuntario) le permite tomar.

Aunque, con todos mis respetos, me parece ridículo llamar a eso libre voluntad.

Un saludo, amigo.
Masgüel dijo...
Aunque las opciones fuesen dos y siempre las mismas, lo ridículo es afirmar que la decisión es un automatismo, si entre las dos, elegimos.

"llame libre albedrío a decidir entra las 4 opciones que un heurístico evolutivo (inconsciente e involuntario) le permite tomar."

Las opciones que "la evolución" me permite tomar no son 4. Son infinitas. Claro está, vez por vez. Porque "la evolución", repito, repito, repito, nos impide hacer infinitas cosas y nos permite hacer otras tantas. Pero están por inventar. El espacio muestral para la organización de formas naturales es indefinido. El universo se construye sobre la marcha.
Samu dijo...
"Aunque las opciones fuesen dos y siempre las mismas, lo ridículo es afirmar que la decisión es un automatismo, si entre las dos, elegimos."

Venga, hombre, no me venga con esas. Si a usted le permiten elegir entre dos y sólo dos opciones, no será un completo autómata, pero no poseerá libre albedrío en absoluto: que es precisamente lo que llevo yo proponiendo desde el principio.

Se puede, por lo tanto, reducir al absurdo la posibilidad del auténtico libre albedrío; y, como mucho (en el mejor caso), podemos quedarnos, porque a falta de pan buenas son tortas, con esa libertad parcialísima y acotadísima que nos permitiría la evolución.

Porque luego está el hecho de que es muy discutible (como proponen Wegner y otros muchos estudios) de que sea nuestra conciencia la que tome finalmente la decisión de entre ese espacio muestral que ofrece la evolución.

Es decir, que en el mejor caso, podemos elegir de entre un grado de libertad acotado y reducido por un proceso inconsciente e involuntario previo, y en el peor caso, ni siquiera eso.

E insisto, con respeto, que si usted llama a cualquiera de estas dos posibilidades, libre albedrío, me parece ridículo.

Un saludo, amigo.
Masgüel dijo...
Si leyeses, mucho más arriba, dije que me sumo a la recomendación de cambiar de vocabulario y hablar de capacidad para elegir o tomar decisiones. El término "libre albedrío" parece condenado a llevar la discusión sobre la libertad a esa absurda dicotomía metafísica entre mecanicismo y omnipotencia.
Samu dijo...
"Si leyeses, mucho más arriba, dije que me sumo a la recomendación de cambiar de vocabulario y hablar de capacidad para elegir o tomar decisiones."

Bueno, pues si usted asume eso, no sé a qué viene a debatir conmigo, cuando todo lo que yo he dicho aquí desde el principio se relaciona con laposible refutación del libre albedrío (el de verdad) en el hombre, mediante la reducción al absurdo.

Parece que está usted de acuerdo conmigo, pero al mismo tiempo no quiere reconocerlo o algo así.

Un saludo.

martes, 9 de septiembre de 2014

5 días...





Aquí tenéis los 5 primeros días de la formación de un ser humano. Se puede ver claramente que todo sigue un proceso mecánico natural (y que sólo participan las leyes físicas y nada externo a ellas).

Se puede ver en este vídeo, desde la primera división (tras la fertilización), hasta el momento en que se forma el blastocisto. Y todo este proceso, que se puede observar empíricamente, es totalmente mecánico y espontáneo. De continuar la grabación durante 9 meses (si fuese técnicamente posible), se vería por entero el proceso natural de la formación de un ser humano:


Y la pregunta es: ¿hay cabida viendo estas imágenes para algún tipo de emergentismo (o para su hermano de leche, el animismo)?

Me explico: Yo creo evidente que, cualquier cosa que SURJA de esta espontánea división celular que podemos observar "in vivo", NECESARIAMENTE se va a poder SIEMPRE REDUCIR a dicho proceso mecánico. En caso contrario, en algún punto del proceso de división celular, esa cualidad mágica o esotérica que emergiera debería verse imbuida o implantada en el sistema. Se puede comprobar, sin embargo, que no hay tal ruptura del proceso natural; ergo no puede emerger o aparecer sin causa aparente nada "especial" que no se pueda REDUCIR al propio proceso de división celular.

Valga, por ejemplo, la cualidad más ampliamente utilizada como ejemplo de cualidad irreductible a la física intrínseca al proceso de creación: la conducta del hombre. Si la razón, la ética o cualquier otra cualidad o conducta humana no pudiese ser reducida explicativamente a sus componentes inferiores, habría que dar una clara explicación sobre en qué momento ese "algo más" que impide la reducción ha sido implantado en el ser.

Porque, si la razón es algo más que billones de células interactuando eléctrica y químicamente (como la ciencia parece mostrar); y si creemos que no bastan las leyes de la física para dar cuenta de nuestra conducta compleja, habrá que explicar por qué no nos vale esa explicación reduccionista (es decir; habrá que indicar qué le falta al reduccionismo como teoría explicativa completa), y habrá también que ofrecer una alternativa o complemento al reduccionismo, que sea contrastable empíricamente y lógicamente consistente; y, sin embargo, ningún "emergentista" es capaz de hacer ni una cosa ni la otra: se limitan a patalear en la negación reduccionista de la manera más vehemente.

En realidad, cualquier definición de emergencia o apariencia no reductible, es, como mucho, sólo una herramienta "útil" que nos facilita a veces nuestra comprensión del hombre; pero no pasa de ser un constructo INVENTADO por la mente humana: lo real es lo que muestra ese vídeo: TODO lo humano es consecuencia de (y por lo tanto reductible a) un proceso físico espontáneo y totalmente natural.

¡Un saludo, amigos!