domingo, 20 de marzo de 2016

La teleología en la física moderna, y su relación con la filosofía de Philipp Mainländer

"El mundo completo, el Universo, tiene una meta: el no-ser y logra ésta mediante el continuo debilitamiento de su suma de fuerzas."
(Philipp Mainländer)

Un muy interesante (como siempre) artículo en el blog de Santiago[1]: La máquina de Von Neumann, me ha hecho reflexionar estos días sobre el hecho de cómo la física moderna (especialmente los avances en termodinámica lejos del equilibrio térmico), parecen que harán probablemente resurgir con fuerza la propuesta teleológica sobre las leyes del mundo.

Me vino a la mente cómo, de hecho, el trabajo de un físico muy actual y citado como es Arto Annila[2], con publicaciones en decenas de revistas científicas de "prestigio" y revisión por pares, viene a expresar matemáticamente y con asombrosa formalidad este hecho teleológico al que pocos parecen (o quieren) prestar atención. Arto Annila ejemplarmente relaciona el principio de mínima acción (the principle of least action), con el principio termodinámico que nos dice que un sistema se mueve de modo que minimice siempre la energía libre de Gibbs disponible (least-time consumption of free energy).

Y el hecho de que el mundo natural actúe de este modo "intencional" hacia una meta tan clara y experimental como es abolir siempre los gradientes energéticos tan pronto como sea posible utilizando todos los medios disponibles en cada momento y lugar; hace sospechar (como poco) de que quizás finalmente la marcha del universo es un orden de fines que las cosas tienden a realizar, y no una mera sucesión de causas y efectos.

En este sentido, y entrando ya en terreno filosófico, cabe mencionar que un autor de mediados del siglo XIX ya tuvo en cuenta (la previó en gran parte) toda esta teleología natural (espontánea) termodinámica que observamos en la física moderna, y le dio además un significado. Es decir; la racionalizó en una original y grandiosa cosmovisión. Pero, ¿qué significado se las apañó para encontrar en este principio natural que busca eliminar gradientes energéticos a la máxima velocidad posible? Pues bien, el autor del que os hablo fue el filósofo Philipp Mainländer, y la conclusión a la que llegó fue la siguiente:

La cuestión es que para Mainländer (el cual parte del trabajo de su admirado Schopenhauer), todo en el mundo es voluntad (teleología); desde el movimiento de una simple partícula, pasando por el movimiento que conduce al enlace químico, y alcanzando incluso nuestro complejo movimiento orgánico: por lo tanto, según él; absolutamente todo en el mundo sería voluntad, o, en otras palabras: todo sería movimiento intencionado individual. Pero, claro: ¿cuál podría ser esta supuesta (y asombrosa) intención compartida tanto por un enlace químico como por una planta o un ser humano?

Pues bien, para intentar responder a esta compleja cuestión, el filósofo se limitó primeramente a aceptar para sus disquisiciones racionales (siguiendo a Immanuel Kant) sólo aquello que podemos empíricamente observar de modo inmanente en el mundo: es decir; se basó en gran parte en la física teórica. En concreto, fundó su propuesta filosófica en la física termodinámica que por aquel entonces (mediados del siglo XIX) estaba dando sus primeros pasos, y partió por tanto su argumentar posterior en una idea que hoy es un secreto a voces (pero que él tuvo que deducir en gran manera por su propia cuenta): la cuestión de que el mundo inmanente (el Universo) se dirige hacia la muerte térmica (el cese de la existencia de lo que se llama energía libre de Gibbs, la desaparición del movimiento efectivo, la aniquilación de todo gradiente energético, etc.).

En este sentido, merece la pena mencionar que Philipp Mainländer se adelanta a su tiempo y prevé sin duda cuestiones físicas (hoy día aceptadas) de un modo extraordinario. En este sentido, postula el origen del Universo de modo muy similar a como lo hace la teoría del Big Bang, nos habla de la finitud espacial del Universo, acepta ideas evolutivas aún muy controvertidas en su época, defiende sin tapujos la postura de la abiogénesis (el origen de lo orgánico a partir de lo inorgánico), y, por supuesto; comprende y adelanta la principal consecuencia de los avances en termodinámica que tienen lugar a partir de 1850: es decir; postula con la muerte térmica a la que las leyes físicas parecen conducirnos irremediablemente según nos cuenta la física teórica actual. Por otra parte, también en política y economía fue adelantado, y abiertamente supo entrever el mundo globalizado en el que hoy día convivimos. Realmente fue un visionario, y su obra merece sin duda un reconocimiento que aún se le sigue negando.

Precisamente esta muerte térmica del Universo (que como decimos es algo empíricamente constatable), es la que correlaciona el filósofo con la muerte (la aniquilación) de cada ser (orgánico e inorgánico), junto al hecho de que estas muertes individuales (y sus vidas) contribuyen siempre como medio en gran medida a acelerar este proceso cósmico de muerte térmica (todo enlace químico espontáneo, por ejemplo; consume energía libre -esa es, de hecho, la condición necesaria para la posibilidad de su espontaneidad-; y todo enlace químico "forzado" requiere del consumo de aún más energía neta). A todo lo cual se une la cuestión de percibir que todo organismo u organización compleja la componen en el fondo billones de estos enlaces químicos individuales en constante movimiento: creación y aniquilación; lo que nos permite comprender transitivamente que en el fondo todo es siempre el mismo proceso de debilitamiento de fuerzas (consumo de energía libre), sólo que usando cada vez medios (estructuras) más elaboradas para realizar esta tarea del modo más acelerado posible en cada situación. Por lo tanto, la razón de ser de todo fenómeno en el mundo se resuelve siempre en servir como medio en esta búsqueda cósmica por la eficiencia de su auto-destrucción.

El filósofo concluye así que esta búsqueda auto-destructiva podría ser, en el fondo, el "propósito" teleológico común observado en cada ser inmanente con el que nos topamos: inorgánicos y orgánicos, simples y complejos; se trataría siempre de diferentes medios para el mismo fin: la "búsqueda" por abolir los gradientes energéticos tan pronto como sea posible (remito de nuevo al trabajo del físico Arto Annila como referencia). La vida biológica sería de este modo tratado sólo un nuevo medio con el que la naturaleza ha conseguido acelerar, aquí en la Tierra, en lo posible esta muerte térmica anunciada del Cosmos. De hecho, se constata un aumento continuo en la organización del Universo, donde los niveles "teleológicos" alcanzados por la naturaleza son cada vez mejores consumidores netos de energía libre (más eficientes). Se puede comprobar sin duda como estos modos (estos medios organizados) que la naturaleza va configurando en el tiempo, son cada vez mejores en la tarea de acelerar cada vez más (exponencialmente de hecho) este debilitamiento de la fuerza global del Universo (como diría Mainländer).

En este sentido, os dejo una interesante tabla que muestra una estimación de esta mejora natural lograda en la eficiencia neta del consumo (es decir; la densidad de consumo por fenómeno):


Energy levels
(temperature,
in: K or C)
Energy levels
(pressure, in: Atmosphere)
Power Density
Φm in: watt/kg
Our Galaxy
Almost 0 K (interstellar space) up to 3 ´ 109 K (supernovae)
Almost 0 atm. (interstellar space) up to ?? (supernovae)
.00005
Sun
15 ´ 106 K (core)
up to 6000 K (surface)
340 ´ 109 atm. (core) to almost 0 atm. (edge of outer space)
.0002
Earth
150 K (upper atmosphere) up to 7000 K (core)
Almost 0 atm. (upper atmosphere) up to 5 ´ 106 atm. (core)
.0075
Life
0 C up to 90 C
1070 atm (Marianas trench) up to 0.6 atm. (high mountains – air)
.05 (plants)
2 (animals)
15 (human brains)
Humanity
20 C up to 30 C (African savanna)
0.9 atm (African savanna)
2 (proto-humans)
–20 C up to +50 C
1 atm. down to 0.6 atm.
(high mountains)
5 (advanced gatherer-hunters)
16 (early agriculturists)
26 (advanced agriculturists)
1 atm. down to 0.8 atm. (mountains)
77 (industrial society)
230 (technological society c.1970)
1 atm. down to 0.6 atm. (high mountains)
50 (all humankind on average)
Tabla 1. Flujo energético comparado. Fuente: HOW BIG HISTORY WORKS: ENERGY FLOWS AND THE RISE AND DEMISE OF COMPLEXITY (Spier, Fred) http://www.sociostudies.org/almanac/articles/how_big_history_works_energy_flows_and_the_rise_and_demise_of_complexity/

Si finalmente el hombre (u otro ser orgánico aparecido en algún otro planeta), logra conseguir con éxito (mediante el uso de máquinas u otros seres más estables y resistentes) colonizar cada vez más y más planetas, sistemas solares, galaxias, etc.; eso supondría aligerar la muerte del Universo (el consumo de toda su energía libre y útil interna aniquilando así la posibilidad de nuevo movimiento) en varios órdenes de magnitud. ¡Y eso parece realmente ser lo que pretende la naturaleza! Esta parece ser la causa última, por ejemplo; detrás de la vehemencia con la que el hombre actúa a diario, y parece evidenciar además que: si por "la naturaleza" fuese, "ésta" lo consumiría (lo aniquilaría) todo en un solo instante. Sin embargo, según Mainländer, por algún motivo (incognoscible) el mundo no puede (y no pudo antes de empezar a ser) actuar de este modo inmediato que ansía, y no tiene (no tuvo) por lo tanto más remedio que hacer uso de medios con los que aligerar en lo posible este trabajo de destrucción paulatina: nosotros seríamos en este sentido únicamente un medio más, y un medio muy eficiente por cierto, dado el ritmo exponencial al que estamos consumiendo (destruyendo) toda la reserva de energía disponible aquí en la Tierra.

Así pues, esta sería, resumiendo mucho, la cosmovisión de Mainländer: el hecho de que el mundo natural parece que se esfuerza (teleológicamente) en su pronta auto-aniquilación: esa parece ser su única meta, y conseguirla además con la mayor eficiencia y rapidez posible sería la causa que impele el modo en que cada ser se organiza y debe moverse en el mundo. A esta cosmovisión, el filósofo añade finalmente una explicación metafísica remarcable, pero eso ya quizás sobra en este contexto que hemos tratado: no obstante, el que quiera puede leer (por fin en castellano) su principal obra: "Filosofía de la redención"[3]. Merece mucho la pena ;).

Un saludo.

Referencias.

[1] https://vonneumannmachine.wordpress.com/2016/03/17/el-inquietante-principio-de-fermat/ (La máquina de Von Neumann)
[2] http://www.helsinki.fi/~aannila/arto/ (web del físico Arto Annila, con enlaces a todas sus publicaciones).
[3] http://www.casadellibro.com/libro-filosofia-de-la-redencion/9788494150555/2277755 "Filosofía de la redención" (Philipp Mainländer), enlace a la magnífica traducción que ha realizado MANUEL PEREZ CORNEJO. 


4 comentarios:

Samu dijo...

El hombre (junto al resto de seres vivos) es un ser con intenciones (con voluntad), y también vemos que todo el movimiento del mundo siempre persigue "intenciones" en su devenir (disminuir la energía libre tan rápido como sea posible), y de hecho, tanto nuestras intenciones como la "intención" del mundo según la termodinámica correlacionan perfectamente (léase el trabajo de Arto Annila, por ejemplo). Es por tanto tentador aceptar como hiciera Mainländer que son una y la misma cosa, y que dicha Intención sea un hecho teleológico objetivo del mundo natural.

surcos dijo...

Excelente artículo.

Samu dijo...

Gracias, surcos :).

Un saludo.

Fernando dijo...

Puedes enviarme un mail

schopenhauer91@hotmail.com

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