martes, 10 de mayo de 2016

El estancamiento científico y la religión

"El vasto mundo: un grano de polvo en el espacio.Toda la ciencia de los hombres: palabras.Los pueblos, las bestias y las flores de los siete climas:sombras. El resultado de tu meditación perpetua: nada" (Omar Jayam)


La ciencia física se encuentra estancada. Es algo que ya nadie puede negar. Hace más de 30 años que ningún nuevo avance teórico consigue revolucionar el panorama, y la experimentación, en lugar de apoyar las nuevas hipótesis que van apareciendo, no hacen más que echar más leña al fuego incrementando la inconsistencia de lo ya establecido (energía oscura, materia oscura, etc.).

Y resulta que ante esta perspectiva desalentadora hay un gremio que se frota las manos: el de la religión. Como la ciencia ya no es capaz de llenar con la misma fuerza que antes los huecos explicativos, pues en teoría quedaría abierta la veda para la vuelta a la pura especulación espiritual.

Sin embargo, a muchos teólogos creo que se les escapa (quizás intencionadamente) tomar en cuenta más a fondo en su argumento otra posibilidad (posiblemente la más sensata dados los hechos): que estemos simplemente condenados al escepticismo y al agnosticismo (a un profundo desconocimiento, en general).

Y es que bien podría ser que después de todo la ciencia actual no guíe (con sus fracasos)  a valorar más a la metafísica como fuente de conocimiento, sino que simplemente se limite a mostrarnos o hacernos ver que ya no hay nada más que podamos entender (comprender, conocer, o como se quiera definir). Es decir; que nos lleve finalmente a aceptar la renuncia.

Porque es cierto que la limitación práctica y teórica descriptiva de la ciencia es cada vez más evidente; pero lo que quede tras ella probablemente no sea más que la comprensión de la renuncia, el sometimiento de la absoluta duda explicativa. De hecho, de no ser nuestra especie tan vehemente, esta abdicación debería haber llegado mucho antes, quizás desde David Hume.

Como no se cansan de repetir los teólogos el mundo es un misterio: ¡claro que sí, sin ninguna duda! pero es un misterio que por lo visto nos acompañará como especie por el resto de nuestra existencia. Un misterio cuya Verdadera causa permanecerá oculta por los restos de los tiempos: oculta para cada persona ya nacida, y también para cada persona que reste por nacer. Qué fenomenal poema aquel del persa Omar Jayam que ya hace mil años decía:
«Al mundo me trajeron sin mi consentimiento
y los ojos abrí con sorpresa infinita,
partiré después de reposarme un tiempo
sin saber la razón de mi entrada y salida.» 

Y da igual lo que cada cual crea o deje de creer como sujeto (¿metafísica? ¿fe? hay tantas como personas). No, amigos, no. No hay nada que podamos hacer para trascender nuestra experiencia: estamos condenados a la más absoluta duda trascendental.

En este sentido, creo que también viene a cuento la maravillosa cita de Leopardi que dice así:
«Tiempo llegará en que este Universo y la Naturaleza misma se habrán extinguido. Y al modo de grandísimos reinos e imperios humanos y sus maravillosas acciones que fueron en otra edad famosísimas no queda hoy ni señal ni fama alguna, así igualmente del mundo entero y de las infinitas vicisitudes y calamidades de las cosas creadas no quedará ni un solo vestigio, sino un silencio desnudo y una quietud profundísima llenarán el espacio inmenso. Así este arcano admirable y espantoso de la existencia universal, antes de haberse declarado o dado a entender, se extinguirá y perderáse.»
Sí: "Tiempo llegará en que este Universo y la Naturaleza misma se habrán extinguido". Este es, de hecho, el único conocimiento inmanente (termodinámico) que la ciencia física nos asegura sin lugar a dudas: la "muerte" térmica del Universo, la cual es un hecho insoslayable; y del resto, pues poco más se puede comprender al detalle, y mucho menos explicar. Sin mucho miedo a equivocarnos podemos decir que: "este arcano admirable y espantoso de la existencia universal (el misterio), antes de haberse declarado o dado a entender, se extinguirá y perderá" junto con todo lo demás.

Un saludo.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Bien,no hay que ser tan impacientes:30 años no es mucho y no hemos hecho sino empezar.-

Samu dijo...

A comienzos y mediados del siglo pasado todos dieron por supuesto que el conocimiento físico crecería exponencialmente hasta lograr la teoría del todo, como mucho a finales del siglo XX o principios de siglo XXI (algo similar, por cierto, a la teoría ortodoxa vigente en cuanto al crecimiento económico ilimitado de los países). No fue así. Tras siglos de avances experimentales casi continuos, ya desde finales de la década de los 70 no hay nada nuevo contrastable en el horizonte, y sin embargo; lo que sí hay es cada vez más datos empíricos contradictorios con todas las teorías establecidas (materia oscura, energía oscura, etc.).

Y la cuestión es que nuestra capacidad mental, la esencia natural, y sobre todo los recursos disponibles para invertir son limitados, y cada vez rinden menos. El fallido LHC (fallido en cuanto que parece que no va a lograr hallar evidencias de nueva física más allá del viejo e incompleto modelo estándar), ha requerido una inversión multimillonaria en cuanto a dinero y tiempo de construcción. Decenas de países pusieron (y ponen) grandes sumas de dinero en este proyecto, y sin embargo no ha logrado nada relevante (a parte de encontrar el boson de Higgs -postulado teóricamente durante los años 60 y 70 como parte del modelo estándar-).

La cuestión es: ¿quién va a invertir en la construcción de un nuevo acelerador de partículas que supere la potencia del LHC sin garantías de que se vaya a lograr algo y sin que el LHC haya logrado a 14TeV ninguna evidencia palpable de que hay algo nuevo esperando a energías no demasiado lejanas?

El gran problema es el siguiente: superar la energía máxima de colisión del LHC (14Tev) supondría casi doblar el coste del proyecto original por cada TeV extra que se quiera lograr. Y la culpa la tiene la naturaleza. Conforme los cuerpos masivos alcanzan velocidades cada vez mayores, la teoría de la relatividad general dice que la inercia aumenta, y que cada vez hace falta invertir más esfuerzo para lograr acelerar sólo un poco más la partícula. Es decir, el coste (esfuerzo) energético en la aceleración es exponencial. Llevar la partícula masiva desde casi el reposo a 0.5 veces la velocidad de la luz no cuesta "mucho", pero conforme la velocidad tiende a c, la inversión comienza a crecer exponencialmente. Actualmente el LHC acelera los protones antes de colisionar a 0.99991 veces la velocidad de la luz, lo cual logra liberar tras chocar los famosos 14TeV de energía. Pero, y aquí viene la clave, pasar de 14Tev a 15TeV, supone pasar la velocidad de colisión de 0.99991 a velocidades cada vez mayores, digamos 0.99995, 0.99998, etc. pero la relatividad general nos enseña que cada pequeño pasito en la aceleración a ya tan altísimas velocidades supone un esfuerzo titánico.

Los miles de millones necesitados en investigación, desarrollo y mantenimiento para alcanzar en el LHC los 14TeV, literalmente se tendrían que duplicar para cada TeV extra (i.e. para cada decimal extra de aumento en la velocidad de las partículas), lo cual evidentemente es una limitación práctica enorme.

Quizás si el LHC lograra evidencia clara de que hay algo a 16TeV (por ejemplo), pues quizás la comunidad internacional podría invertir el equivalente al coste del LHC*2 (multiplicado por dos o tres el tiempo de desarrollo y dinero, lo que supondría billones de euros y al menos 40 años de construcción), pero es que parece que no hay nada nuevo cerca energéticamente hablando.

Y claro, ¿quién va a asumir semejante inversión -donde cada país tendría que invertir miles de millones- sin que exista una clara evidencia o garantía de retorno? El LHC se construyó precisamente porque la teoría del modelo estándar decía (y casi aseguraba) que el bosón de Higgs estaba ahí esperando en el rango de la decena de TeV, lo cual aseguraba cierto retorno en la inversión, ¡pero ahora ya no hay nada que asegure que invertir billones de euros y 5 ó 6 décadas de desarrollo vaya a servir para nada!

Samu dijo...

Bien podría ser que la siguiente evidencia experimental de apoyo teórico la naturaleza se la guarde en los, por poner un número a voleo, 50TeV, para lo cual tendríamos que construir un acelerador de partículas de un coste monetario de cientos o miles de veces el del actual LHC, y esperar además siglos o milenios de construcción para echarlo a andar (ríete tú de la Sagrada Familia en Barcelona xDD).

En resumen. El problema principal es la ley de rendimientos decrecientes. La física está condenada en la práctica por la inversión máxima disponible en recursos y tiempo (más aún en una época de crisis como la que se avecina), y en teoría por nuestro limitado cerebro de primate venido a más.

Precisamente ante este hecho la religión espera agazapada frotándose las manos a que todo finalmente se pare en física experimental en las próximas décadas. En ese momento volverá la filosofía especulativa por una parte, y la teología más dura por otra.

Un saludo.

Anónimo dijo...

No sé por qué tengo la impresión de que no se va a producir un auge de la religión en la sociedad, sino más bien un aumento del escepticismo o incluso del nihilismo, al menos en la vieja Europa.

Saludos.

Samu dijo...

Me imagino que todo dependerá de las circunstancias socio-económicas y política con la que nos encontremos en ese momento.

Unknown dijo...

Ya lo decía Heidegger: "la ciencia no piensa". Y si ocupamos el conocido aforismo "La sabiduría depende del ser" el ser que no piensa, carente de sabiduría y que se remita solo a lo técnico, no nos sacara de este hoyo. Discrepo en cierta medida de que la sociedad se vuelva completamente escéptica. Nietzsche para describir al ultimo hombre, que era a ojo de él lo que se venía, decía para si mismo:"El desierto avanza, ay! de aquél que en su alma albergue desiertos". Yo creo que se tomará en cuenta un poco más a la filosofía oriental, creo ver un auge tremendo en el Budismo y el Hinduismo, se esta formando -creo yo- una metamorfosis entre la mecánica cuántica y la filosofía oriental, lejos del dualismo cartesiano que impera en occidente,no sé, quien sabe si estamos frente al casorio de la ciencia con la metafísica seria, dando como cociente lo que hablaba Kant, el razonamiento más allá de lo teórico, ese que permitió a los griegos entender que la tierra gira entorno al sol, la existencia del átomo entre otras, hace más de 2500 años.

Samu dijo...

Gracias por comentar, Matias :).

Un saludo!!

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